El logro educativo-académico es un concepto generalmente empleado para la evaluación de la educación, pero que presenta una ambigüedad terminológica. En México, durante el siglo XX y lo que va del XXI, se han realizado evaluaciones estandarizadas para medir el logro educativo-académico, a partir de diversos criterios, sobre todo: a) Número de alumnos que concluyen un ciclo escolar; b) Trayectorias escolares completas; c) Calificaciones. Las evaluaciones estandarizadas tienen una comprensión implícita del alumnado de carácter antropológico, el cual, en el contexto mexicano generalmente ha sido desde ser productores o generadores de conocimiento, esto desde una lógica capitalista. Con ello, en la evaluación de la educación poco ha importado la calidad de la educación al privilegiar sobre todo los números, la presentación de datos y estadísticas. La agenda 2030, marca un camino hacia una calidad de la educación, que no se limita a pasar exámenes, cumplir tareas, y obtener grados académicos, sino el desarrollo pleno de la vida humana, lo cual debe considerarse en las evaluaciones educativas, donde no solamente la calificación numérica debe ser el único criterio, sino la valoración del proceso del estudiante desde su contexto específico, realidad humana, personalidad, desarrollo y aspiraciones.