Desde el inicio de la república constituida en 1902, la burguesía que asumió el poder no pudo evitar que José Martí fuese reconocido como héroe nacional por el pueblo que combatió al colonialismo español. Su pensamiento y obra constituían un peligro para el dominio político de la clase dominante y el propio imperio, lo que condujo al intento de silenciar sus posiciones más revolucionarias mediante la tergiversación de su ideario e historia revolucionaria. El objetivo es uno, desarraigar los valores de dignidad, antiimperialismo y las virtudes que legó al pueblo en defensa de su independencia. Desde el 1ro de enero de 1959, este enfrentamiento político-ideológico ha convertido a Martí en un pensador anticomunista y defensor de los Estados Unidos, lo que jamás fue, empleando textos y propagandas diversas, que van desde obras argumentadas y descontextualizadas hasta simples tergiversaciones de sus ideas. En la actualidad esa batalla se ha trasladado a las Redes digitales de la desinformación. El pensamiento martiano es una de las fuentes raigales de los valores de la nación cubana y como tal, penetra de manera tangencial los programas de posgrado mediante el sistema de valores educativos a desarrollar en los profesionales.