XVII Taller Internacional “La Educación Superior y sus Perspectivas” "PER"

Simposio 1. La Educación Superior y los retos para el futuro: internacionalización, transformación digital, financiación y perspectiva informacional.

PER

XVII Taller Internacional “La Educación Superior y sus Perspectivas”

PER 021 LA EDUCACIÓN SUPERIOR: compromiso social versus académico

Resumen

Mi formación académica, mi dilatada trayectoria profesional en el sector público y privado, las investigaciones en las que participé a lo largo de mi vida, junto con las reflexiones propias de mi quehacer diario me dan una perspectiva realista de la Educación Superior, tanto su contexto, sus retos futuros y desafíos inéditos para responder a las necesidades de la sociedad actual.

Realmente la Educación Superior no tiene una historia brillante; la pobreza, la carencia de instituciones próximas a la ciudadanía y las crisis económicas, entre otros factores, ralentizaron mucho la generalización de esta etapa educativa; de hecho, aún hoy no es obligatoria, y los porcentajes distan mucho de ser los óptimos para las sociedades más desarrolladas o más avanzadas. Aunque se hayan hecho progresos considerables, el ingreso en esta etapa es claramente insuficiente, si entrar en la brecha de la participación efectiva de la mujer. Los bajos porcentajes de participación en Educación Superior provocan un impacto negativo en la economía de cualquier país y en la sociedad en su conjunto.

La Educación Superior no es un lujo, es una necesidad. Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible exigen no dejar a nadie rezagado para aumentar el crecimiento económico y así alcanzar la prosperidad y el bienestar en los próximos años; la educación y las oportunidades de empleo desempeñan un papel fundamental para evitar la desigualdad y la pobreza.

Las instituciones de Educación Superior, además de atesorar el conocimiento científico, son instrumentos de transformación social y desarrollo integral de la persona. La Educación Superior ha sido viable a los largo de los siglos, también ha dado muestras de ser capaz de innovarse y adaptarse a los cambios para colaborar en el progreso de la sociedad; tradicionalmente, la función más representativa que tenían asignada era preparar a los alumnos para tener más y mejores oportunidades laborales y más defensas contra el desempleo, sin embargo, hoy tienen un papel más proactivo y pluridimensional.

Este cambio profundo de la Educación Superior va más allá de los requerimientos del mundo laboral; cada país deberá mejorar su competitividad y su productividad porque también son factores que favorecen su desarrollo económico, pero el papel de las instituciones de la Educación Superior nos lleva a un crecimiento equitativo, sostenible, subordinado a la ética y al respeto a la dignidad humana. Entonces reconocemos a la Educación Superior una responsabilidad social, más allá de las funciones clásicas de docencia, investigación y difusión cultural.

Esto nos lleva a valorar el impacto de la Educación Superior en la construcción del futuro con un desarrollo económico sin brechas y cada vez más sostenible en una sociedad comprometida.

La sociedad contemporánea se caracteriza, fundamentalmente, por denominarse: la sociedad del conocimiento y la era de la globalización. El acelerado conocimiento es cada vez más complejo y de rápida obsolescencia, los requerimientos del mundo laboral también están a la expensa del desarrollo tecnológico y de las comunicaciones, lo que exige a la Universidad una actualización constante en sus planes de estudios, diversificación de carreras universitarias, grados, licenciaturas, postgrados, para dar cobertura a la demanda laboral y económica de cada país. Las nuevas tecnologías cambian el escenario productivo y conducen a un envejecimiento de las profesiones y especialidades. Por eso, es imposible mantener una planificación educativa tradicional que nos lleve a unos perfiles profesionales estandarizados.

Otro aspecto importante de la sociedad contemporánea es la globalización; las personas que formamos en un país pueden desarrollar su actividad profesional en cualquier parte del mundo; además de la formación propia de cada carrera universitaria, las enseñanzas de idiomas correspondientes, la formación del pensamiento crítico y creativo, el afán de superación, la capacidad de iniciativa para emprender otras actividades son imprescindibles.

Ya en París, en el año 1998, con perspectivas hacia el nuevo milenio la UNESCO elabora la Declaración Mundial sobre la Educación Superior para el siglo XXI. Previamente, publicó en 1995 un documento de orientación sobre y cambio y desarrollo de la Educación Superior; después celebró cinco consultas: La Habana (noviembre, 1996), Dakar (abril, 1997), Tokio (julio, 1997), Palermo (septiembre, 1997) y Beirut (marzo, 1998) para establecer un ambicioso plan de acción internacional y preparar la Conferencia Mundial. También se valoraron los principios de la Carta de las Naciones Unidas, la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y el Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos, para recordar el derecho de toda persona a la Educación, la igualdad en el acceso la educación en las distintas etapas de la vida y, en general, la igualdad de oportunidades.

Esta Declaración Mundial sobre Educación Superior servirá para sentar las bases de esta etapa educativa, resaltará su importancia en la vida de las personas y promoverá una nueva agenda con nuevos objetivos para las instituciones universitarias o similares.

En resumen, esta conferencia Mundial significa un reconocimiento internacional para la Educación Superior como un período abierto que facilite un espacio permanente de formación para alcanzar la educación integral de la persona y transformar el modelo tradicional.

Aunque este reconocimiento es internacional y los retos incluyen a todos los países, una gran dificultad que obstaculiza esta generalización es la diferencia del punto de partida; no todos los países parten de la misma situación, ni de financiamiento, ni de universalización de ingreso en Educación Superior, incluso con graves diferencias dentro del mismo país. Esto último supone un gran hándicap para el desarrollo endógeno y sostenible.


Abstract

My academic training, my extensive professional career in the public and private sectors, the research in which I participated throughout my life, together with the reflections of my daily work give me a realistic perspective of Higher Education, both its context . , its future challenges and unprecedented challenges to respond to the needs of today's society.

Higher Education really does not have a brilliant history; Poverty, the lack of institutions close to citizens and the economic crises, among other factors, greatly slowed down the generalization of this educational stage; In fact, even today it is not mandatory, and the percentages are far from being optimal for the most developed or advanced societies. Although considerable progress has been made, income at this stage is clearly insufficient, without entering the gap of effective participation of women. Low participation rates in Higher Education cause a negative impact on the economy of any country and on society as a whole.
Higher Education is not a luxury, it is a necessity. The 17 Sustainable Development Goals require leaving no one behind to increase economic growth and thus achieve prosperity and well-being in the coming years; Education and employment opportunities play a fundamental role in avoiding inequality and poverty.

Sobre el ponente

MARIA EDITA Núñez Ramos

Sra. MARIA EDITA Núñez Ramos

DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE LUGO Flag of España

Discussion

Información Práctica
Póster digital
Spanish / Español
febrero 06, 2024 9:37 a. m.
15 minutos
PER Poster-01
Autores
Sra. MARIA EDITA Núñez Ramos
Palabras clave
equal opportunities
equity
higher education
innovación.
palabras clave: calidad
quality
sustainable development
transformación
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