Las brechas de desigualdad por género permanecen en distintos ámbitos de la vida social, no siendo la excepción la educación. En México se aprecian claras asimetrías entre mujeres y hombres en las universidades, sea en su papel de docentes o estudiantes. Estas instituciones de educación superior en el país tienen como autoridad máxima a un rector, salvo en un porcentaje, en donde hay una mujer rectora; tal diferencia denota el techo de cristal que prevale en estas instituciones.

Por lo que respecta a las mujeres estudiantes universitarias, la matrícula femenina en licenciatura está ligeramente arriba de la de los hombres; pero no es el caso de los posgrados ni las áreas de ciencia, tecnología, ingeniería o matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés). En estas sobresale la presencia de varones, que, en el mediano y largo plazo, desempeñarán un trabajo en esos campos, en donde los ingresos son mayores; tal hecho prolonga la línea de desigualdad.

En este trabajo presentamos los resultados de un análisis documental acerca de los espacios que guardan hombres y mujeres en las universidades públicas estatales (UPES) de México, cuyos datos revelan el avance que se ha dado, abatiendo algunas brechas, pero cuyas diferencias hacen necesario adoptar políticas institucionales y acciones sustantivas que hagan realidad una igualdad entre necesaria aún entre géneros.