En la actualidad es un imperativo conseguir que las personas que dirijan colectivos en entidades a cualquier nivel, sean facilitadores de la libre comunicación de ideas y opiniones, de manera que se genere un ambiente tal que los trabajadores se sientan motivados hacia la producción de iniciativas y la creatividad. Con el objetivo de conseguir en jóvenes, debidamente seleccionados, dirigentes o reservas, el desarrollo de capacidades para convertir conductas en competencias individuales, se ha llevado a cabo el proyecto denominado Confianza que utilizó como recursos el entrenamiento, un esquema con diez y seis competencias y el seguimiento basado en la observación del comportamiento de los implicados. La ejecución del proyecto se aprobó previamente por la dirección empresarial, así como la selección de los que se entrenarían y también el seguimiento del desarrollo del mismo. Se insistió que la dirección comprendiera que el ambiente que favorece la producción de iniciativas y el reconocimiento a la innovación se lograría estando muy cercano a los colectivos obreros. Los jóvenes participantes ejecutaron actividades siempre vinculados con los trabajadores de sus áreas en la empresa, para mostrar que podían crear capacidades para favorecer cambios y convertirse en futuros dirigentes con la característica de ser facilitadores de la libre comunicación de ideas.