Especialmente durante la última década, el mundo ha vivido un ingente proceso de institucionalización y desarrollo normativo del paradigma de la ciencia abierta; proceso que se ha visto acompañado de declaraciones de apoyo y recomendaciones de parte de importantes actores multinacionales en la arena de la política científica. Como resultado, hoy existen un gran número de proyectos, financiamientos, incentivos e infraestructuras para desarrollar iniciativas de ciencia abierta. En Cuba, la tradición histórica y el contexto actual – que pone en un lugar protagónico el fortalecimiento de interacciones entre los distintos actores para promover la innovación – han conducido a un grupo de transformaciones que generan un escenario propicio para realizar una adopción crítica de esta propuesta. No obstante, para ello se impone una claridad y un posicionamiento sobre las visiones en conflicto que sobre la ciencia abierta existen en el Norte y el Sur globales. Dicho posicionamiento no se encuentra profundizado en la plataforma programática propuesta por el Ministerio de Educación Superior para la promoción de la ciencia abierta. Es por ello que esta contribución pretende posicionar este debate, para ofrecer un punto de partida para la búsqueda de un concepto cubano de ciencia abierta, que ponga al frente los mejores valores de nuestra nación, y permita el diálogo con las visiones más críticas de la actualidad.